
02 Jun ¿CÓMO ES UNA PRIMERA CONSULTA EN UN/A PSICÓLOGO/A?
CÓMO ES UNA PRIMERA CONSULTA EN UN/A PSICÓLOGO/A
Pongamos que necesito ayuda…¿cómo es una primera consulta en un/a psicólogo/a?. Tomar la decisión de abordar tus problemas con un/a terapeuta es una tarea bastante difícil. Por eso te acercamos a los seis sentimientos que solemos tener en una primera consulta en un/a psicólogo/a.
Nos asusta la idea de sacar a la luz temas dolorosos con alguien del que no sabes nada. Confiar tus dificultades a un/a terapeuta puede hacer que te desbordes, te enfades, te pongas más triste de lo que esperabas, y otras muchas sensaciones más. Además, supone una inversión de tiempo, esfuerzo y dinero que, a priori, ignoras cómo va a resultar.
Por ello, antes de tomar la decisión de enfrentarte a tu problema y coger el toro por los cuernos, e ir a esa primera consulta, lo primero que uno se plantea es ¿realmente estoy para ir a un/a psicólogo/a?. Aprender a identificar si necesito ayuda profesional para afrontar lo que me sucede ha sido ampliamente abordado.
Basta poner en tu buscador “ir al psicólogo” para que te asalten todo tipo de títulos: “¿cuándo ir al psicólogo? (del centro Alcea Psicología), “8 señales que indician cuándo ir a un psicólogo” (de R&A Psicólogos), “alerta: los diez síntomas por los que necesitas ir al psicólogo”, por la prestigiosa Álava Reyes, https://www.abc.es/familia-vida-sana/20130814/abci-cuandoes-aconsejable-psicologo-201308071308.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F, (publicado en el diario ABC), ¿para qué sirve ir al psicólogo? (publicado en el diario El Confidencial), y un sinfín de publicaciones más. Sin embargo, cuando uno supera esta barrera inicial y por fin se atreve a acudir al psicólogo/a, se encuentra con menos información acerca de lo que sentirá en una primera consulta.
Obviamente, debes tener en cuenta que las respuestas varían mucho de una persona a otra en una primera consulta en un/a psicólogo/a. Esta cualidad hace de éste un tema delicado, por la inmensa variabilidad de sentimientos de cada cual. Al igual que en otras áreas de nuestra vida, por ejemplo, en la Medicina, tenemos más que asumido que la medicación sienta de un modo distinto a cada cuerpo.
SEIS SENTIMIENTOS QUE CASI TODOS TENEMOS EN UNA PRIMERA SESIÓN EN EL/LA PSICÓLOGO/A
A pesar de todo lo anterior, es posible identificar determinadas emociones en una persona en la primera consulta de un/a psicólogo/a y que en OrientaTerapia consideramos básicas. Por eso, en este artículo te planteamos seis sentimientos que casi todo el mundo debería tener en una primera sesión para que un/una terapeuta de verdad te ayude. Por supuesto, estas claves sirven tanto para la terapia presencial como online.
(1) LOS NERVIOS
La primera de las sensaciones es la más compartida: los (1) nervios. Angustia, ansiedad, tensión, presión… da igual el nombre que le pongamos. Incluso pueden aparecer días antes de acudir a tu cita. “¿Qué le voy a contar?, ¿me entenderá?, ¿cómo organizar toda la información?”. Este tipo de preguntas son realmente inevitables unido a pensamientos del tipo “no me quiero poner allí a llorar”, “no quiero que piense que soy…”, “por dónde empiezo”, “si me quedo en blanco”, etc.
Si voy a resumir mi vida en una hora es lógico que mi mente se sature. Más aún si lo que voy a contar no es precisamente bonito. Nuestro cerebro tiende a anticipar aquello que desconoce, como una forma de darnos seguridad.
Estos nervios iniciales deberían ir desapareciendo a lo largo de la sesión conforme vayan apareciendo los demás sentimientos. En las primeras consultas, el/la terapeuta es quien guía, quien hace las preguntas, quien maneja los silencios que a veces os resultan tan incómodos. Lo más común es que lo primero que te preguntemos sea “¿qué te trae aquí?”, “¿en qué crees que puedo ayudarte?”. Y, a partir de ahí, te dejes llevar. Los/las terapeutas no queremos hurgar en tu herida ni cotillear, sólo obtener información. Y normalmente con dos o tres frases que nos digas, ya sabemos por dónde seguir.
(2) LA CONFIANZA
En OrientaTerapia pensamos que lo verdaderamente importante cuando uno/a expone a un/a desconocido/a su situación (por mucho que haya leído su currículum en internet) en una primera consulta es que sienta que la persona que está al otro lado sabe atender tu problema. En otras palabras, es crucial sentir que la persona que tienes enfrente es experta en la materia y, por tanto, domina las técnicas exactas que pueden ayudarte a mejorar tu situación. Hablamos de un sentimiento de (2) confianza, de sentirte en buenas manos.
En estos tiempos, en los que está de moda hablar de emociones, han surgido muchas ramas de especialización en Psicología para abordar nuestras emociones, como el Mindfulness, el Coaching o la Psicología Positiva, entre otras. Estas áreas son en sí mismas técnicas o herramientas que tenemos los/las terapeutas para realizar la intervención. No obstante, debemos tener mucho cuidado e investigar muy bien en manos de quién nos ponemos. Que una persona haya hecho un curso de determinadas horas de Coaching o de Inteligencia Emocional es algo muy valioso, pero esa formación única e independiente no le dota de técnicas empíricamente validadas para ayudarte a manejar tus pensamientos, mejorar tu estilo de afrontamiento, contener emociones inesperadas, y ¡créeme!, un largo etcétera de situaciones que se dan en una consulta de psicología.
Por ello, es imprescindible que la persona que te atienda esté debidamente formada en Psicología, es decir, posea esos cinco años de formación y práctica, más los dos años de máster que nos acreditan para ejercer con garantías.
Por último, debes tener en cuenta que la información que tú cuentas en el/la psicólogo/a es información sensible, que debe estar debidamente protegida. Mal manejada puede perjudicarte seriamente.
Las terapeutas que formamos OrientaTerapia estamos debidamente formadas y cumplimos la Ley de Protección de Datos y las normas del Código Deontológico de las Buenas Prácticas en Psicología. Este código está destinado a establecer las reglas de conducta del/la psicólogo/a en el ejercicio de nuestra profesión y te protege de una mala praxis profesional.
(3) EL ALIVIO
En una primera consulta en el /la psicólogo/a necesitas sentir (3) alivio. El/la terapeuta crea un espacio donde puedes sentirte libre para expresar todo aquello que desees comentar, sin sentirte juzgado/a. Esto nos suele costar mucho, ya que parece inevitable plantearse “qué pensará el otro de mí si le cuento…”. Aun así, los/las terapeutas estamos especialmente formados/as en no juzgar, ya que lo que nos interesa de lo que nos cuentas es cómo eso te afecta y te hace sentir. De hecho, cuando la persona se marcha, solemos suprimir esa información para evitar que la vida de nuestros/as pacientes nos acompañe en nuestro día a día.
Cuando uno/a va al psicólogo/a una de las cosas que busca, además de soluciones, es consuelo. Si te sientes en conexión con el/la terapeuta se da ese espacio seguro del que los/las terapeutas tanto hablamos. Dicha conexión facilita que las próximas veces que vengas a vernos, te sientas cómodo/a para soltar lo que llevas dentro. De esta manera se facilita tu predisposición al cambio.
Por eso, si no sientes alivio, desahogo, calma, consideramos que hay algo que no está yendo del todo bien.
(4) PEQUEÑO AGOBIO
Unido a los nervios que he comentado al principio, en la primera consulta uno/a suele sentir una especie de agobio, confusión, tensión. Incluso puedes sentir miedo o temor, angustia, cierta preocupación. ¡Tranquilo/a, todo esto es normal!
Es muy común que en una primera consulta un/una terapeuta te haga más preguntas de lo habitual. Como has leído antes, el terapeuta guía más en las primeras consultas, y esto puede abrumarte, ya que es bastante probable que no tengas todas las respuestas. Muchas veces nuestros pacientes nos dicen que ni siquiera se habían planteado esa pregunta en su vida.
Este sentimiento de (4) pequeño agobio significa que el/la profesional que has elegido se plantea situaciones o escenarios distintos a los que tú ves, algo realmente indispensable en un proceso de terapia.
Es importante, primero, porque te coloca en perspectivas del problema que antes no te habías planteado, y, segundo, porque con sus preguntas, el/la terapeuta te orienta a que te des cuenta de asuntos de los que no eres consciente. Hacer consciente lo inconsciente en terapia es el primer paso para el cambio. Sin embargo, en una primera consulta el/la terapeuta sólo te hará alguna pregunta encaminada a ello.
En OrientaTerapia nuestra labor es retarte a hacer cosas distintas. Te reflejamos, como en un espejo, partes de ti mismo/a que te están dañando, y te dotamos de herramientas para que puedas ponerles remedio. Ya sabes el dicho “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
(5) APOYO
Además de todo lo anterior, lo suyo es que sientas (5) apoyo. Una vez expuesta la situación que te trae a la primera consulta, es necesario que tu mente te devuelva pensamientos del tipo “esta persona me entiende”, “sabe ponerse en mi lugar”, “es mi aliado”.
Esta emoción puede confundirnos con el alivio o la confianza en el/la terapeuta de la que hemos hablado antes, pero es algo muy distinto. El alivio te hace sentir desahogado/a, la confianza hace sentir que te fías de esa persona, pero el apoyo te hace sentir acogido/a. Es una sensación de protección, de amparo, de ser aceptado/a y atendido/a, independientemente de lo que te ocurra.
Quizá creas que no podremos apoyarte por que nos veas distintos/as a ti. Los/las terapeutas también tenemos ciertas creencias religiosas, políticas, escalas de valores, somos de una religión u otra, etc. En definitiva, somos igual de humanos. Pero todo ello debe quedar fuera de la puerta del despacho. La vida privada del/la terapeuta nada tiene que ver con la sesión. Y, por ello, es esencial que sientas nuestro apoyo más allá de nuestras creencias. Más adelante te contaré otra de las razones por las que un/a psicólogo no mezcla lo que te sucede con sus propias creencias.
Es bastante frecuente en esta primera consulta tener ciertas dudas del terapeuta como “este tío es muy viejo y no me va a entender”, “qué va a saber ésta de…”, porque nos veas vestidos/as de cierta forma, o distintos/as a ti. Te sorprenderá saber que detrás de la vejez o la pinta, los/las terapeutas somos expertos/as en conocer muchos tipos de situaciones y personalidades distintas. De eso va nuestro trabajo. Y esto nos confiere cierto conocimiento y experiencia general de muchos tipos de situaciones.
Si no alcanzas esta etapa de sentirte apoyado/a no será posible que te ayuden, porque verás al/la terapeuta como a un enemigo/a, que quiere cambiarte y que se pone del lado de otros/as (amigos/as, familiares, profesores/as, etc.). De esta forma sólo activarás tus defensas.
(6) CONFORT
La última emoción que os describimos se dará una vez hayas sido atendido/a, fuera de la consulta. Me refiero a la típica conversación que uno/a tiene con uno/a mismo/a en tono “he hecho bien”, “tendría que haber venido antes”, “me he alegrado mucho de dar este paso”. Se llama (6) confort, bienestar.
Nombrar esta palabra es a propósito. Los/las psicoterapeutas solemos hablar de la zona de confort para referirnos a esa comodidad que sentimos en nuestras rutinas y que evita que hagamos cambios, por pequeños que sean. Traemos esta comodidad en sentido positivo para referirnos aquí a esa sensación placentera de haber hecho lo correcto, haberse atrevido, haber dado con la persona adecuada y sentirse a gusto.
En la primera sesión, es casi seguro que no hayas podido hablar de todo lo que necesitas/querías hablar. Obviamente una hora es un tiempo finito y un proceso de terapia requiere su tiempo y su ritmo. Sin embargo, con lo que has contado, has sentido que te escuchan, te endienten, te pueden ayudar y te has desahogado.
EL TERAPEUTA CONOCE LO QUE SIENTES
Los/las que estamos al otro lado solemos conocer tus reacciones. Las hemos estudiado y sabemos anticiparlas. Las hemos visto en otros pacientes y, además, las hemos sentido.
Muchos/as psicólogos/as hemos sido ayudados/as también. A día de hoy, varias corrientes en Psicología recomiendan que el/la terapeuta haya sido paciente. Antiguamente esto sólo era requisito para ser psicoterapeuta en el enfoque Psicoanalítico. Actualmente, otros enfoques de trabajo reconocen este hecho como garantía del terapeuta.
Que el/la psicólogo/a haya realizado su trabajo personal evita que sus asuntos, preocupaciones y problemas personales interfieran con lo que nos contáis. ¡Sí, los/las terapeutas también tenemos problemas! Pero eso no se mezcla en las sesiones, ya que estamos más que entrenados/as en dejar de lado nuestros propios asuntos para escucharos y atenderos.
Puedes estar tranquilo/a porque las terapeutas que forman equipo en OrientaTerapia han realizado este trabajo personal.
AÚN HAY MÁS…
Por último, te confesamos que el/la terapeuta también siente cierto nerviosismo en la primera consulta. Ten en cuenta que normalmente muchos de vosotros/as llamáis para pedir cita y dais los mínimos datos de lo que os ocurre. Por ello, para nosotros/as también sois desconocidos/as que venís a evaluarnos, a juzgar cada palabra que nombramos y a elegirnos entre otros tantos profesionales. Y consideramos que así debe ser. Una primera sesión en un psicólogo/a es una evaluación mutua, en la que el terapeuta evalúa lo que te sucede, y tú evalúas si el/la terapeuta puede ayudarte.
Esperamos que leer este artículo te haya ayudado a hacerte una idea clara de lo que es ir al psicólogo/a por primera vez.
Así que, si te gusta lo que lees y consideras que necesitas ayuda, te recomendamos que no te lo pienses mucho más. Atrévete a ser ayudado/a.
Déjanos tus datos en el apartado contacto de nuestra página web http://orientaterapia.es/contacto/ y te llamaremos para darte una orientación personalizada gratuita.
Dedico este artículo con profundo cariño y respeto a la paciente que me dio esta idea.
Los/las terapeutas aprendemos de vosotros/as.
GRACIAS M.A.
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